¿Por qué quité la foto de la cometa?
A veces, el buscar la respuesta a una pregunta ayuda a encarrilar todo un proyecto...
Desde hace doce años (acaso más) venimos trabajando en Nóstos, un libro que, como indica su título (nóstos significa viaje y retorno en griego, y es la raíz de nuestra palabra nostalgia), es en cierto modo una reflexión fotográfica acerca de ese viaje esencial que es la propia vida. Como escribió el siciliano Vincenzo Consolo: "La Odisea inaugura el tema del viaje, del viaje de regreso, del nóstos. La Odisea, lo sabemos, es una metáfora de la vida, del viaje de la vida." Se trataría de "ofrecer al fin la idea de un mundo específico que al tiempo es, ya se sabe, idea del Mundo."
¿Pero qué tiene que ver la fotografía de la cometa con todo esto?
Desde que un día de 1998 tomé esta imagen en la playa de Canet, en el Rosselló francés, sentí que de algún modo tenía que ver con una idea que por entonces apenas era un leve esbozo en mi cabeza. Y desde que Nóstos, a partir de 2001, recién publicado Pisadas sonámbulas, comenzó a tomar forma (entonces con otros títulos provisionales: Tierra adentro, La sombra de Caín...), la foto de la cometa pasó a ocupar un lugar destacado en él. Pero un día, hace más de dos años, decidí quitarla, y aún no sé bien por qué lo hice... Sea lo que sea, creo que ha sido necesario que esa imagen volviera a su lugar para que todo acabase de tomar forma y sentido, dentro de ese proceso siempre angustioso que es cerrar un libro como éste.
Tal vez por ello quise celebrarlo proponiéndosela también a El País, cuando Amelia Castilla me pidió una imagen para la sección veraniega La foto de mi vida. Se publicó el 8 de agosto de 2013, tanto en el periódico en papel como en El País digital