.
Pisadas sonámbulas: lusofonías es uno de nuestros trabajos más queridos. Desde su presentación en PhotoEspaña en 2001, la exposición ha viajado a distintos lugares. En 2008, con motivo de los V Encuentros de Gijón, aprovechamos para presentar la segunda edición del libro (reeditado también por La Fábrica e impreso por Brizzolis) en un formato ahora más pequeño, acaso más "fotográfico", lo que nos complace muy especialmente.
Azores, en el orígen.
Pisadas sonámbulas: lusofonías
Portugal, Mogadouro, Tras-os-Montes
El interés por Portugal y por la literatura portuguesa me llevó, primero, a fotografiar en el país vecino, recorriéndolo de norte a sur, incluidas sus islas. Y allí, en tierras lusas, se fraguó el impulso de continuar el trabajo, siguiendo las huellas de los portugueses por algunos rincones de la tierra, animado por compartir una cierta visión del mundo, tan particular como fascinante. “Desde Portugal se abarca el mundo”, escribio el trasmontano Miguel Torga, y fue este hombre, de vida y obra ejemplares, el que me dio título al libro y la exposición: "Pisadas sonámbulas: lusofonías". Sin duda la misma lengua que a mí me guió (según esa concepción, también tan portuguesa, de hacer de la lengua patria) es la que establece el frágil hilo que quiso coser un imperio que no supo serlo y se desangró sin beneficio.
San Luis de Marañón, Brasil
“Tenemos fiebre de espacio, pero nos basta el espejismo de la realidad. Recorremos el mundo fantasmagóricamente, dejando en él huellas de pisadas sonámbulas.”
Miguel Torga (Portugal, 1907-94)
Angola. Escuela de Caconda
"Mi padre solía explicar que lo que habíamos ido a buscar a África no era dinero ni poder sino negros sin dinero y sin poder alguno que nos diesen la ilusión del dinero y del poder.”
Antonio Lobo Antunes (Portugal, 1942)
Brasil. San Luis de Marañón y Salvadorde Bahía.
“Pero una cascada es un barranco de agua y tierra cayendo por él, retumbando. Usted consume esa agua, o deshace el barranco ¿queda algo de la cascada? Vivir es un negocio muy peligroso.”
Guimarães Rosa (Brasil, 1908-67)
“El país que tenían los obligó a viajar, pero nunca los dejó partir. A donde quiera que fueran llevaban su tierra. Su nostalgia nacía de estar lejos de sí mismos. Cuando llegaron aquí traían el dolor de todas las despedidas, como si desembarcasen de sus propias vidas. Todo nuevo paisaje les dolía porque era extraño, pero lo amaban como si amasen otro, el que quedó al otro lado del mar.”
Mía Couto (Mozambique, 1955)
“Mi país es lo que el mar no quiere”
Ruy Belo (Portugal, 1933-78)