Tras los pasos de Antonio Machado I

Quise "hacer camino" siguiendo las huellas de Machado por los distintos lugares presentes en su vida y en su obra, sin olvidar sus palabras: "Soy hombre extraordinariamente sensible al lugar en que vivo. La geografía, las tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan profundamente y dejan huella en mi espíritu." Como resultado, un libro editado por Caja Duero: "Antonio Machado. Miradas", con texto de Ian Gibson, que presentamos en 2007 en el instituto de Soria donde dio clase el poeta.

Palacio de las Dueñas, Sevilla
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero."

Venta de Cidones, en la carretera de Soria a Burgos, donde Machado escribió su homenaje a Azorín.
"Sentado ante una mesa de pino, un caballero
escribe. Cuando moja la pluma en el tintero,
dos ojos tristes lucen en un semblante enjuto.[...]
El enlutado tiene clavado en el fuego
los ojos largo rato; se los enjuga luego
con un pañuelo blanco. ¿Por qué le hará llorar
el son de la marmita, el ascua del hogar?"

"Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta
-no fue por estos campos el bíblico jardín-:
son tierras para el águila, un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín."

Chopos a orilla del Duero, entre San Polo y San Saturio

"Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas."

Jardín de Luxemburgo. El poeta viajó a París con Leonor, su joven esposa, y allí su enfermedad los hirió "como un rayo en plena felicidad".
Lugar encantador, solitario asilo,
Abierto noche y día al colegial con su libro en mano,
El soñador con su pereza,
El amoroso con su amante,
Entran en él como en un Paraíso"
(Alfred de Musset)

Tumba de Leonor en el Alto del Espino, Soria.
"Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero..."