Tras los pasos de Antonio Machado II

En Soria, con Leonor, entierra el poeta una primera etapa de su vida, y se inicia el lento camino de la melancolía.

Estación de Quintana Redonda, en la línea de Torralba a Soria
 "Resonante
jadeante,
marcha el tren. El campo vuela.
[...]
Yo contemplo mi equipaje,
mi viejo saco de cuero;
y recuerdo otro viaje
hacia las tierras del Duero.
Otro viaje de ayer
por la tierra castellana,
¡Pinos del amanecer
entre Almazán y Quintana!"

Aula del Instituto de Baeza donde impartio sus clases Machado
"Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales."
Comedor de la pensión de doña Luisa Torrego en Segovia, donde vivió el poeta, hoy casa-museo 

"Oh soledad, mi sola compañía,
oh musa del portento, que el vocablo
diste a mi voz que nunca te pedía!,
responde a mi pregunta: ¿con quién hablo?"

El poeta, acompañado de su familia, pisa por última vez el portal de la casa de General Arrando a las cinco de la tarde del 24 de noviembre de 1936; abandonan Madrid en plena guerra para no regresar jamás
"Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazòn."

Carretera hacia la frontera francesa por Port-Bou
"Cerca de la frontera los chóferes de las ambulancias que nos conducían nos dejaron en medio de la carretera, sin maletas ni dinero, al entrar la noche en un alto acantilado cerca del mar en medio de la muchedumbre que se apretujaba. El frío era intenso. Llovía abundantemente. La madre de don Antonio, de 88 años, con el pelo calado de agua, era una belleza trágica.” Lo narró el filósofo Joaquín Xirau, que viajaba con los Machado.

Tumba del poeta y su madre, que murió dos días después, en el cementerio francés de Collioure
"Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."