"soy, en el buen sentido de la palabra, bueno."
Labordeta fue un hombre bueno, un hombre íntegro en todos los vericuetos por los que la vida le fue llevando; un hombre, en suma. Ayer nos abandonó (pues abandono se siente cuando mueren los mejores). No es casual tanta coincidencia entre todas las personas que le tratamos.Nos conocimos en Zaragoza, en un café de la plaza del Pilar -donde le tomé esta fotografía- en enero de 2001. Habíamos quedado allí para hablar de un reportaje que íbamos a publicar juntos en El País sobre su querido río Ebro. Sirvan estas imágenes de aquel trabajo como humilde homenaje in memoriam (1935-2010).